UNA HISTORIA DE ESPERANZA
Todo empezó como un juego y no sabía en la pesadilla que esta enfermedad me traería. No tenía idea que existía una enfermedad llamada Anorexia.
A la edad de 13 años empecé a ponerle atención a mi cuerpo, me empezaba a comparar con mis compañeras de la escuela y decidí cambiar mis hábitos alimenticios. Fue la decisión más equivocada que pude tener. Empecé a ser muy selectiva en lo que comía hasta que no comía absolutamente nada. Mi peso bajó hasta llegar a los 22 kilos y yo me veía exactamente igual como si tuviera que seguir bajando de peso. Mis padres se alarmaron porque el cambio fue muy rápido. Me internaron en una clínica a la edad de 16 años, muy enferma no solo físicamente sino también mentalmente.
Salí de la clínica aparentemente bien pero el verdadero infierno estaba por comenzar. Me mantuve “estable” un par de años, conseguí mi primer trabajo, tuve mi primer novio y me gradué de la preparatoria, parecía que la enfermedad había sido pasajera y no regresaría. No seguí un tratamiento formal después, pues todo parecía estar mejor. Sin embargo, los pensamientos sintomáticos volvieron y con ello las conductas aún más fuertes. En un período de 4 años estuve apunto de morir en dos ocasiones. Me dio un infarto y estuve en terapia intensiva por casi un mes. Mis padres se “despidieron“ de mí por que no pasaría la noche. Por alguna razón, sobreviví. Un año después, sufrí de neumonía pesando menos de 30 kilos. Mi vida era un verdadero infierno, no tenía ganas de vivir, había perdido toda la esperanza de recuperarme. Múltiples mini internamientos de 15 días en psiquiátricos en USA. Los hospitales, psiquiatras, psicólogos, policías, ambulancias, etc, eso era toda mi vida. Mi familia estaba muy cansada, desgastada, habían vivido el duelo de mi muerte aún antes de que esto pasara. Estaban resignados que eso pasaría. Realmente todos lo creíamos. Regresé a la clínica donde me había internado la primera vez a los 16 años. Fueron todavía tres veces más, pero yo siempre con la misma actitud, de no cambiar, de engañar, de pretender hacer “bien” las cosas. Entraba mal, salía mejor y volvía a dejar el tratamiento. Yo creía que la Anorexia era mía y yo de ella, que tenía que serle fiel, era lo que me definía como persona.
Fue hasta el cuarto internamiento en esa misma clínica, a los 28 años, que con ayuda de todo el equipo de profesionales logré salir adelante. Fue un proceso más que difícil, me costó mucho sufrimiento, durante el internamiento sentía que me volvería loca, pensaba que no podía seguir comiendo un día más. Llegué en casi 22 kgs. Prefería morir a seguir subiendo de peso. Tardé casi 7 meses en que gracias a la nutrición, cuidados médicos y terapias que recibía, mi cerebro se nutrió y empecé a entender las terapias y ser más congruente con lo que hacía y decía. Empecé a confiar e intenté algo diferente, algo que me daba terror pero tal vez sería mejor que la enfermedad. Sin duda, fue el internamiento más difícil pero el definitivo. Después de año y medio me dieron de alta de la clínica pero el trabajo entiendo muy bien que no termina, siempre tengo que estar en alerta a cualquier pensamiento sintomático o alguna conducta que pueda despertar el síntoma. A veces me siento lista para ser dada de alta, pero no volveré a cometer el mismo error de interrumpir mi tratamiento. Sé muy bien que la clave de mantenerme estable toda la vida es seguir mi tratamiento y concluirlo como debe ser.
Hoy me siento feliz, tranquila, disfruto de las cosas más simples de la vida como la comida. Puedo salir, irme de viaje, disfrutar un cumpleaños comiendo y adaptándome a lo que se presente. Hay momentos que aún no puedo creer la persona tan diferente que soy. La recuperación total y completa si existe, no importa el grado de enfermedad o el número de recaídas. Siempre hay esperanza, no es verdad que siempre estarás enferma. Siempre y cuando te esfuerces, seas honesta pero lo más importante es que ya no quieras a la enfermedad en tu vida. Yo lo decidí, intenté algo diferente y me gustó porque finalmente soy feliz y lo quiero ser toda mi vida. Nadie merece el infierno que es vivir con un trastorno alimentario. No puedo recuperar los años que perdí pero sí disfrutar plenamente los que están por venir. Es verdad que que el trabajo principal lo hice yo cuando decidí cambiar, pero nunca lo hubiera logrado sin mi equipo de profesionales y por supuesto mi familia, que a pesar de no entender la enfermedad por completo nunca me dejaron sola.
Con el COVID-19, estamos viviendo algo sin precedentes, que nadie había vivido, que no estábamos preparados y tengo muy claro que jamás hubiera podido mantenerme estable sin las estrategias, la estructura y la recuperación completa que tuve en esa clínica. Gracias a mi equipo de profesionales, por ellos he podido Comenzar de Nuevo, todos con un gran corazón, gracias por su bondad, por su ayuda incondicional, porque siempre creyeron en mí. GRACIAS por salvarme la vida.
GRACIAS a la vida.
CM, 31 años
Monterrey, México
World Eating Disorders Action Day
World Eating Disorders Action Day is taking place across the world on June 2, 2020. For the 5th year running, this grassroots campaign brings together ALL OF YOU from more than 50 countries and over 250 organizations around the globe to increase awareness about EDs and evidence-based treatment. EDs are life threatening, brain-based disorders, with genetic linkages and metabolic factors. They are also possible to treat, especially when identified and treated EARLY.
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